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martes, 18 de septiembre de 2018

Islandia - Conclusiones

Islandia, país de hielo y fuego, sorprende y enamora al mismo tiempo. Encontrarás más ovejas que personas, más naturaleza que edificios, así como más contrastes de los que puedas imaginar.
No te deja indiferente. Cada rincón, cada vista, cada postal o cada momento se hacen únicos tal y como la tierra gira alrededor del sol, pues es precisamente este hecho lo que hace que visitar Islandia dependa de la estación del año en la que vayas.

Nuestra ruta no es apta para todos los viajeros, pero eso ya te corresponderá a ti decidir si se adapta a tu idea de viaje. Mientras tanto, espero que al menos te ayude a organizarte mejor los días, a poder exprimirlos al máximo. Para mí fue un reto crearla. Ahora te la dejo para que puedas disfrutarla.
Aquí tienes el enlace que te llevará a un mapa con los lugares marcados (más trabajo hecho).

Pincha sobre la imagen para acceder a Google Maps
Entre las decisiones acertadas del viaje en cuanto a su organización, estas componen el top:
- Excelente elección de un coche 4x4. (Dacia Duster)
- Llevar comida en el coche facilita que puedas parar en cualquier momento a comer.
- Reservar con antelación los alojamientos permite mejores precios y mayor posibilidad de elección.
- Tener la ruta pre-diseñada permite exprimir más los días e incluso da margen a la improvisación.
- Imprescindible acudir a un baño natural.
- Llevar tu propia mosquitera o comprarla allí si se visita el lago Myvatn.
- Llevar bañador.
- No es necesario cambiar moneda. Se utiliza la tarjeta para todo.

Ahora sí, muchas gracias por compartir conmigo estos ratos de lectura. Espero que hayas disfrutado tanto como yo al escribirlo!

domingo, 16 de septiembre de 2018

Islandia en ruta - Día 8

El día comienza nublado y lluvioso. Cargamos el coche y ponemos rumbo a Reykiavik. Para recortar la ruta en carretera decidimos pagar por pasar por el túnel de Hvalfjordur. Se trata de atravesar bajo el agua el fiordo y de este modo ahorrarnos bordear todo el fiordo. El túnel la única diferencia que tiene respecto a cualquier otro es que en el inicio vas cuesta abajo, luego un trayecto llano para finalmente subir a la superficie. En las máquinas se puede pagar con tarjeta. Es como un acceso de autopista.
Al llegar a Reykiavik pasamos por el "viajero del sol" que estaba lleno de turistas. Nos alegramos aún más de haberlo visto el día de nuestra llegada. Tuvimos algo de dificultad en encontrar aparcamiento (sábado por la mañana y además con una carrera atravesando todo el centro). Finalmente aparcamos en los alrededores de la calle Ægisgata en zona blanca, esto es, sin tener que pagar.
Plaza Ingólfstorg

Lo primero que hicimos fue ir a mirar los tours en barco para ver los puffins o frailecillos, ya que durante todo nuestro recorrido en Islandia no los habíamos visto. Contratamos con Sea Adventures (47,42€ por persona), pues siguiendo las recomendaciones de Internet tenía buena puntuación y buena relación calidad/precio. Una vez con nuestra hora fijada para el tour, nos dirigimos a visitar el centro de Reykiavik (destacando el parque Ingólfstorg y el Ayuntamiento). Es una muy buena zona para perderse caminando. Después de la excursión fuimos a la Cathedral of Christ the King y desde el lado contrario del lago vimos la  Fríkirkjan í Reykjavík, ya que por motivos de la carrera el acceso en coche se estaba complicando en exceso.
- Tour de Puffin. La duración es de una hora. El barco es una embarcación pequeña, casi familiar. Tiene aseo pero pequeño (por no decir enano). Tiene una zona para ir sentado en el interior y otra en el exterior en la planta baja o en la parte superior en exterior. Yo elegí esta última porque tiendo a marearme. Mi amiga prefirió quedarse en el interior por la lluvia y el frío. Hay que ir abrigado porque por la velocidad (no es que sea velocidad terminal pero la suficiente) se siente un viento helado, y en nuestro caso chubasquero porque estaba lloviendo. La excursión se detiene cerca de un islote que está lleno de puffins. Los ves volando o flotando en el mar. Algunos nos pasaron muy cerca pero era muy difícil captarlos con mi cámara (uso la de mi teléfono).

Mi recomendación personal es que si has podido ver puffins en otra zona de la isla, puedes ahorrarte la excursión. Nosotros no tuvimos problema en la reserva en el mismo día en el propio establecimiento pero en temporada alta es recomendable contratarla con antelación.
- Compra de recuerdos / regalos: después de dar la vuelta a toda Islandia y mirar muchas tiendas de souvenirs, recomendamos esta tienda para comprar todo lo que necesites porque es la más económica que encontramos. Además tiene de todo lo que quieras. Su nombre es Röst, está en el puerto y es también restaurante.
- Krýsuvík. Después de visitar otras zonas "calientes" del país no sorprende especialmente. El acceso es por carretera de gravilla en su gran parte y con curvas pues está entre montañas. La zona tiene aparcamiento gratuito. Hay pasarelas de madera para la visita. El olor a azufre está presente, como en todos estos lugares. A nosotros nos tocó lluvia fuerte, así que la visita la hicimos deprisita.
- Spa Blue Lagoon. Espectacular. La entrada es cara, la más cara de toda Islandia, pero realmente te hacen sentir que estás en un lugar que lo merece. Se trata de los baños termales más famosos del país, que cuenta con sus aguas color turquesa por el efecto del sílice. Nosotros adquirimos la entrada básica que incluye acceso al baño, mascarilla de sílice (las veces que quieras), una bebida dentro del agua, uso de toalla, taquilla y duchas (que cuentan con champú y acondicionador). El complejo cuenta dentro de la zona de baño, con sauna, baño turco, cueva, chorros de agua relajante, bar, asientos en círculo... En el exterior tiene un restaurante de lujo, tienda con productos de tratamiento, y zona de masajes y tratamientos. Aparcamiento gratuito. Cuenta con un edificio con taquillas de todos los tamaños (imagino que para la gente que llega en autobús o de camino al aeropuerto y no lleva coche). Desde aquí hasta la entrada hay que caminar bastante por un sendero señalizado y adoquinado.
Camino de acceso a Blue Lagoon

Lo primero que hacen es canjear tu bono (adquirido con antelación a ser posible porque se agota) por una pulsera azul (nos recordaba mucho a la de Disney Orlando) que sirve para acceder /salir del recinto de agua y activar / desactivar tu taquilla, también te asocian la pulsera a una tarjeta de crédito. Te entregan una toalla. Una vez en los vestuarios se aprecia lujo allá por donde miras. Nada más entrar tienes varios aseos. En la izquierda espejos que me recordaban a los de un camerino de estrella de cine, con secadores a disposición y asientos tipo taburete bajo. A la derecha zonas de taquillas distribuidas en estancias / habitaciones que cuentan cada una con una banca central para sentarse y un probador para poder cambiarse en privacidad. En la pared que da al pasillo hay zapateros, ya que como es costumbre hay que dejar las botas /zapatos exteriores fuera de la taquilla. Indicar que la taquilla se cierra con la pulsera simplemente apretando la taquilla y acercando la pulsera al visor (recuerda de manera electrónica cuál es la tuya).
Blue Lagoon

Ya que has dejado todas tus pertenencias y estás solo con tu bañador, chanclas y toalla (también cámara o móvil si es acuático o lo tienes protegido por alguna funda, como fue nuestro caso) estás preparado para salir de la estancia de taquillas por la derecha (lado contrario al que usaste para entrar) y recorriendo el pasillo hacia la derecha se llega a la zona de duchas así como a la salida a la zona de agua. La toalla se puede dejar en un casillero numerado pero no cerrado (nosotras las dejamos directamente en nuestra taquilla). Puedes ser valiente (como hicimos nosotras) dejar las chanclas y salir corriendo al exterior para entrar al agua, o puedes acceder directamente al agua desde el interior y salir por una puerta que hay dentro del agua.
La zona de agua es bastante más grande que la de los dos baños termales que probamos en nuestro viaje. El agua súper caliente en contraste con el frío y lluvia exterior. Primero dimos una vuelta de reconocimiento del lugar. La mayoría de visitantes es de habla no española pero nos encontramos con unos chilenos con muchas ganas de conversar. Ellos estaban en escala larga hacia otro destino y habían aprovechado para pasar las horas de espera a remojo en uno de los lugares más famosos de Islandia. Si que es cierto que de unos años hasta ahora el incremento de vuelos que hacen escala en este país se ha visto incrementada, supongo que por la buena disposición del gobierno o de la gestión del propio aeropuerto.
Desde el agua se puede acceder a un "bar" de mascarillas, unas de pago y otras, como la de sílice, gratuitas. Pones la mano y unas empleadas te dan con un cucharón una cantidad de masilla. Como tiene buenas propiedades para la piel, pues ahí estamos todos cubriendo nuestra cara, cuello y brazos... porque claro, cualquiera sacaba del agua cualquier otra parte del cuerpo con el fresquito que hacía fuera... Pasado un tiempo la mascarilla se seca y se vuelve más dura. Puesto que el agua donde te estás bañando y el fondo están compuestos por este mineral, cuando te has cansado de llevarlo solo tienes que lavarte con el propio agua en el que te estás bañando.
Mapa Blue Lagoon

Hay carteles informativos donde se indica que el agua se renueva cada 40 horas de forma natural y por su composición no sobreviven bacterias, esto hace que no sea necesario el uso de cloro u otros químicos para su depuración. Nos dirigimos hacia el bar para pedir nuestra bebida gratuita. Hay una gran variedad incluida. Nos decantamos por batidos (Skyr smoothie). Se agradece que estén fresquitos para contrarrestar la temperatura del agua. Estuvimos en cada rincón disfrutando y haciendo fotos. El tiempo total que estuvimos en "remojo" fue de dos horas y media... que se nos hicieron cortísimas. Salimos por la puerta que hay en el agua para no morirnos del contraste al exterior. Después tuvimos tiempo de ducharnos, lavarnos bien el pelo (pues recomiendan hacerlo y usar el acondicionador porque el cabello con los componentes de la laguna tiende a secarse casi al punto de no poderlo peinar). Punto a favor es que las duchas son todas individuales.
Cuando nos disponíamos a salir llegaban un montón de asiáticos, menos mal que llegamos antes porque nosotras no tuvimos que hacer nada de cola. Para salir hay que usar la pulsera en los tornos... y oh, sorpresa, se abre una cajita para que deposites la misma antes de marcharte! Me pareció sublime! Qué manera tan práctica de llevar a cabo la recogida de pulseras! pues si no la depositas el torno no gira...

Dimos un paseo por la parte exterior de la laguna haciendo fotos increíbles y con mucho azul.
- Aeropuerto Kefliavik. Paramos antes de llegar al aeropuerto para poner gasolina al coche. El total de gasto de gasolina en el viaje fue de casi 320€ para 8 días (una media de 40€ al día). Dejamos el coche, pasamos la entrega con éxito (afortunadamente la lluvia había limpiado todo el barro y los mosquitos). En el aeropuerto descubrimos una tienda de productos de la Laguna Azul. Compramos comida para llevar para cenar en el avión.
En la cola de embarque escuchamos a unos chicos que contaban que se les había pinchado la rueda del coche en una carretera de gravilla. Su coche no era un 4x4. Hay que tener mucho cuidado con la velocidad si no llevas un vehículo apropiado.
Dacia Duster, nuestro compañero de viaje

domingo, 9 de septiembre de 2018

Islandia en ruta - Día 7

Comenzamos el día más "duro" de nuestra ruta sabiendo que ya hemos adelantado kilómetros.
Desayuno incluido

Kolugljúfur Canyon. Llegamos sobre las 9 de la mañana (a 20 minutos de nuestro alojamiento) y no fue hasta después de un buen rato haciendo fotos que llegaron otros turistas. Para dejar el coche se puede cruzar el puente del cañón (gratuito). Hay varios pequeños senderos para acercarte más a la "garganta" del cañón o a la cascada. Hay que tener cuidado con la tierra mojada porque puede resbalar. Tiempo de la visita: unos 10-15 minutos.





- Bogarnes. Localidad más grande que las que vimos el día anterior. Dimos una vuelta con el coche y paramos para ver el parque Bjössaroló que fue creado por un carpintero natural de Bogarnes que por su amor a los niños trabajó ampliando el parque hasta sus setenta años. A nosotras nos cayó un diluvio, así que no pudimos disfrutar especialmente del paisaje. Aprovechamos para ir a un Netto (supermercado) para nuestra cena islandesa en el alojamiento.
Bjössaroló




- Ytri Tunga. Es un lugar donde ver focas, y para nosotras el mejor lugar para verlas de todo nuestro viaje. Se ven bastante cerca y muchas! Las puedes ver nadando, descansando... Desde Bogarnes a este lugar se hace hora y media de carretera aproximadamente. Está muy señalizado y hay zona de aparcamiento (gratuito). La playa tiene arena y piedras así como unas algas enormes. También hay muchas aves.



- Arnastapi, pequeña localidad, con muchas visitas turísticas y puestos de perritos calientes. En este lugar está el monumento conocido como Bárðar Saga Snæfellsáss Statue. Cuenta la leyenda que Bárðar era descendiente de mezcla de gigante y humano y que nunca llegó a morir sino que se convirtió en un espíritu de la naturaleza. Tras pasar por debajo o bordeando el monumento se llegan a una serie de senderos que te llevan a ver los acantilados donde mi "amiga" la roca de basalto está presente.



- Hellnar, siguiente localidad de la ruta que nos ofreció la comida del día. Decidimos que hoy sería otro buen día para probar comida típica. Comimos en Hellnar Primus Kaffi. La decoración es bastante curiosa: a caballo entre un comedor de un restaurante, una cabaña de montaña, o el salón de una casa de abuela. Tienen muchas figuras. Pedimos para dos: sopa de pescado y Plokk fish stew (se trata de un plato hecho con patata, cebolla y bacalao, todo desmenuzado y mezclado como si se tratara de una masa de croquetas). Estaba todo exquisito. Precio al cambio unos 40€ sin postre ni bebida, ya que el agua es gratis y se la sirve uno mismo de unas jarras que hay en el comedor. La verdad es que a pesar de que el precio es excesivo para lo que en España se podría conseguir, la comida y el servicio fueron excelentes.
Comida en Hellnar Primus Kaffi

Lóndrangar, se trata de un mirador para ver los acantilados y las formaciones de roca curiosas de la costa. Hay varios senderos para seguir paralelos a la costa andando. Como el tiempo no acompañaba, chispeaba, y hacía frío, decidimos no pasear.


- Playa Djúpalónssandur, formaciones chulas y restos de naufragios. Zona de parking gratuita. Senderos señalizados con distintas rutas. Nosotros escogimos el que lleva a la playa, bajamos por la derecha y subimos por otro más hacia la izquierda. Está llena de restos de hierro oxidado ya de color naranja, pertenecientes al naufragio Tawler Epine en el sobrevivieron 5 de 19 personas. Hay que tener cuidado con el oleaje. Duración de la visita: 30 minutos.




Toda esta zona pertenece al Parque Natural Snæfellsjökull, paisajes que sirvieron de inspiración para el libro "Viaje al Centro de la Tierra" de Julio Verne, a pesar de que al parecer ni siquiera llegó a pisar Islandia (y eso que le gustaba viajar). 
Inspiración de Julio Verne

- Bejarnarfoss, una cascada. Volviendo un poco hacia atrás desde nuestra anterior visita, regresamos sobre nuestros pasos para acercarnos a esta cascada. Habíamos pasado por la mañana y la habíamos visto desde la carretera. Hay una zona habilitada para aparcar y de ahí inicia un camino montaña arriba para aproximarse a la cascada. Duración de la visita 15 minutos. La niebla no nos dejó ver el borde de la montaña.

*** Nota: Eran ya las 6 de la tarde y la ruta planeada para el día de hoy ya la habíamos finalizado, así que decidimos regresar al hotel por la carretera norte para ver un paisaje distinto y poder ver los puntos que detallo a continuación.

Kirkjufell Mountain. Es el mejor ejemplo de erosión de Islandia, pues se cree que se formó la parte más baja en la Edad de Hielo (contiene incluso fósiles) y la parte superior fue formada por más de un millón de años, siendo el resultado posterior de la erosión de la lava a lo largo de los años. En la actualidad se puede escalar, y se dice que es más difícil bajar que subir. Personalmente me causó un gran efecto hipnótico, semejante al que me habían producido los iceberg en la laguna glaciar. La montaña está totalmente rodeada de agua de mar que forma un lago. En el momento de nuestra visita la marea estaba baja y muy tranquila.



Kirkjufellsfoss, pequeña cascada visitable por ambos lados de sus dos caídas gracias a un puente. Duración de la visita: 45 minutos (incluida la montaña descrita en el punto anterior).


Grundarfjörður, paramos en esta localidad para entrar a la estación de servicio para usar el baño gratuito y comprar mi primer recuerdo de Islandia. Hay un monumento barco de madera en la oficina de turismo muy bueno para hacer fotos.
Grundarfjörður


- Alojamiento en: Lava Water Accommodation. Uno de los dos alojamientos más caros de nuestra estancia en Islandia. Los propietarios nos enviaron antes de nuestra llegada varios correos con las instrucciones para poder acceder a nuestra habitación en caso de retrasarnos en el horario máximo de check in. Fue uno de los lugares más bonitos en los que nos quedamos. Nuestra habitación estaba en la planta baja de una casa preciosa al borde un pequeño río al que teníamos vistas. Baño privado completo. Cocina totalmente equipada (incluida lavadora) y salón con televisión compartido con otra habitación que estaba en la misma planta pero que por suerte no fue ocupada. Camas comodísimas. En los alrededores tienen un invernadero que hace las veces de recepción, precioso campo verde con ovejas salvajes y parque infantil. Por supuesto no faltaban las casitas pequeñas para los duendes. El lugar es súper encantador. Eso sí, está apartado de cualquier carretera principal. Nuestro acceso tenía mi nombre y nuestro número de habitación. Al acceder a la zona común, la habitación tenía la llave puesta. Llegamos al alojamiento a las 8.20 pm.
Cocinamos el bacalao que compramos en el supermercado con puré de patatas. De postre uvas y Skyr. Una guinda magnífica para coronar este increíble viaje  que ya se nos estaba escapando de los dedos. 
Puré de patatas y bacalao islandés


*** Nota: En las visitas en las que no he indicado el tiempo utilizado es porque se trata de visitas de parada, foto y poco esfuerzo, por lo que el tiempo es más el que cada quien le quiera dedicar.